“Todo lo que hagas, hazlo bien”. Nunca seis palabras resumieron tan bien la trayectoria de su autor. Desde muy prontito Jaume superó las dificultades que entrañaba empezar una nueva vida burgense en el archienemigo y su condición de “Medicofamilista” pronto comenzó a ser solamente una anécdota. Caminando junto a su bicicleta amarilla de pedal amarillo o enfundado en su camiseta de Batistuta este micaco badaloní ha escrito gloriosas páginas rojinegras. Pilares en Zaragoza, San Juanes en Soria, La Mercè en Barcelona y todo el calendario provincial de fiestas patronales han sido un hábitat idóneo para exhibir un poderío y una resistencia frente a la fiesta inusitada hasta la fecha.
Territorial y despótico en sus albores, cuando Pumakoki, el Puma del Makoki, rugia y zarandeaba los chopos del parque con una botella de ponche cocacola en ristre. Ilustrado y democrático como ese president estatutario, Jaume ha ido evolucionando a la vez que los tiempos en el Makoki.
Sin embargo no han sido pocos los escollos que ha tenido que superar para llegar hasta esta posición y es que un clavo oxidado de un palmo y el tetanos casi se lo llevan por delante durante una expedición, o este último verano, en el que llegó a reunirse con San Pedro por culpa de una Frankfurtitis severa, consecuencia de una salchicha que le entró por la oreja.
Jaume es nuestro Jaume, Jaime, Jaiputas, blanquito, colombiano, batigol, novita y lo que haga falta, mañanista inexcusable, y responsable de que muchos de los personajes mitológicos del Makoki sean hoy parte de leyenda. Precursor de la Loncha como unidad de medida o el chocolate en polvo como arma química, poca gente podrá negar, que no hizo bien todo lo que ha hecho bajo estos colores, incluso el chocolate-ron o la fideuá-on-the-rock.
“President, et volem!”
Muchas gracias chavales, muy buena entrada y todo un honor. Un abrazo!
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