martes, 10 de diciembre de 2013

Gloria a nuestro Secretario!

No es una excusa para acabar con el silencio durante unas cuantas semanas de este blog. Consideramos que esta de hoy era una renovación de blog obligatoria, de aquellas marcadas en el calendario, de aquellas que se sabía que se iban a hacer una vez inagurado este blog.

Hoy es el cumpleaños de una gran persona, mejor amigo y gran embajador del Makoki allí donde los haya. Alguien que forma parte del nucleo duro, del corpus esperitual de eso que hoy es una Asociación y una Peña, pero que para él siempre será el garaje. Todo el mundo que le conoce le respeta y no por el hecho que te puede pegar una hostia que te deja tieso (que en según que momentos es un buen motivo para respetar a alguien) si no porque es un gran tipo, un buen amigo y un gran pirado. Sí, un tipo que desde la lejanía parece alguien serio y a veces enfurruñado pero que en las distancias cortas te das cuenta que tiene el gen de la paranoya instalado en su cabeza... Alguien que dobla durante media hora una película en la 2000 una noche del viernes para descojone del personal está tocado por la varita de la "Fuga". Y  tener un amigo así  en estos tiempos que corren en los que son más las penas que las alegrías es una gran suerte. Casi como si te tocase la lotería. Y es casi, porque no le perdonamos aquellos tiempos en que le daba por repetir frases de canciones olvidadas en el baul de los recuerdos y que algún día cantó el difunto Manolo Escobar... O era Pancho Céspedes?

Un hombre de consenso, si el Makoki fuera un país (que oye, tampoco nos iría tan mal) Roberto, sería nuestro Adolfo Suárez, nuestro hombre de consenso y estadista que siempre supo estar en los momentos difíciles que como grupo hemos pasado, que siempre supo perdonar y pedir perdón y que en gran parte nos ha llevado a ser lo que somos hoy en día. Suyo es el discurso de Navidad (como Secretario del Makoki a perpetuidad) que desde tiempos inmemoriales realiza con el turrón aun caliente cada noche del 24 de diciembre y que le sirve de excusa para no leer el pregón del Makoki un 14 de agosto. No le queda mucho para leerlo, él lo sabe y cuando lo lea seguro que incluye algo relacionado con los dos colgados de la guitarra que buscaban una excursión de chicas en pelotas una noche fría entre semana, el disfraz de pitufo una tarde de toros que por poco le lleva a la tumba o aquella mañana de sanjuanes en la que se autoinmoló con un cubo de agua... O quizás no habla de nada de esto ya que puestos a recordar anécdotas que hemos vivido con él el pregón duraría hasta el día 19 de agosto. Y Roberto es hombre de pocas palabras, pero certeras.

Felicidades Roberto!