Algunos diréis, ¿Este tío se merece entrada en nuestro blog? Y la respuesta es sí y no sólo porque la idea es que todo el mundo tenga su entrada en este nuestro blog (aunque no siempre el mismo día para mantener un poco el gusanillo) si no porque este hombre, uno de los más puretillas del Makoki (víctima en esto de la marcha del Orofino) ha contribuido en gran manera al imaginario del Makoki.Sus principios con nosotros no fueron buenos, una persona que iba con nuestro chaleco y un pañuelo naranja cantaba el copón aun así su falta de decoro vistiendo lo suplió con el manejo del serrucho. Aquellas fiestas se recordarán entre otras cosas por las chispas que saltaban a cada paso de esta persona que fué a Razzmatazz a una sesión de Ben Sims y prefería estar en el "Lolita". No se lo tengáis en cuenta. Todo el mundo tiene algo de friki y Sergio, el Petar, el Petardo (la Santísima Trinidad del Bronx) tiene su lado friki más que desarrollado. Suyos son entre otros los descubrimientos de Putilatex y tantas y tantas canciones que nos llevaron a la prostitución de la música entre 3 paredes (pintadas por él) y una pierta metálica. También contribuyó a elevar a la gran Sara de Letras Bordadas a los altares del sótano de la tienda de los chinos. Nadie como este tío entendía el significado de reunirse los domingos a escuchar a Carlos Faraco en la "Salamandra" de Radio 3...
Por suerte para toda la humanidad y en especial los miembros del Makoki toda su aportación no ha sido en forma de bazofia musical y cosas varias. Le debemos agradecer su madera de cocinero (aunque todos sabemos que quien realmente cocina bien es Carla) especialmente en las condiciones más infrahumanas. Para el recuerdo quedan sus "Patatas a la Riojana" que tanta controversia generaban (lo más parecido a los Montescos y Capulettos se formaba con la disputa entre Pro y Anti patatas). También le agradecemos su decoración de las paredes, aquel grafiti negro que a Antonio le costó una bronca y que ya forma parte de nosotros, pasando por la Playa paradisiaca para todos excepto para el Soria que vió Zerdos en ella o aquella muchacha negra salida de una portada de un disco de Motown... Le perdonamos incluso haberle dejado a su subalterno acabar el proyecto de la ciudad que decora otra de nuestras paredes y lo hacemos porque suyo (ejem) es el logo del Makoki, ese pollo descabezado del que algún día habrá que hablar y que sin lugar a dudas nos identifica. También le tenemos que agraadecer su contribución a la Performance ya sea al son de Song 2 (con daños colaterales) o de Muse. Ya sea obrando milagros (las paredes también pueden sangrar) o crucificando tabardos a este tío si no existiera habría que inventarlo. Con o sin pañuelo naranja. Con o sin disfraz de tigre.
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