Muy agradable la jornada del pasado Sábado en la capea
celebrada en la finca de Aldíñigo en Riaza (Segovia) gentileza de la empresaria
taurina y amiga del Makoki, Purita Linares.
El día comenzó temprano, con el traslado en autobús de una treintena de
peñistas burgenses, entre los que se encontraban varios de nuestros makokis. El
viaje hasta la finca, en buena compañía, duró lo suficiente para recordar
pasadas aventuras taurinas y compartir impresiones sobre lo que esperaba en el
tentadero segoviano
Tras un gran recibimiento con embutidos regados con
cuantiosa bebida, nos dirigimos a la arena a ver que deparaba la mañana. La
primera vaquilla, muy noble, cundió largo rato para los recortes de los
especialistas y los capotazos de los hermanos Rupérez, especialmente del menor,
que a lo largo del día se marcó un maratón de varias horas sobre el ruedo. Tras la segunda vaquilla, cuya velocidad y
empuje no invitó al respetable a bajar a la arena a participar, retornó la
primera vaca, con la que los Makokis se animaron a probar suerte.
El primero en saltar fue Héctor, cuyo empaque y valentía, fuera de toda duda,
le hicieron arriesgar junto a las tablas, y acabó demostrando que como forcado
no tendría precio, tras remolcar a la vaquilla por la cornamenta antes de que
ésta le embistiera.
Minutos después Adrián Otero se animó a debutar en la suerte
del capote, con un inicio un tanto dubitativo que terminó con el mediático
makoki por los suelos. A pesar de este inicio accidentado, Adrián no se dio por
vencido, y continuó con empeño y valentía su faena, con un par de pases de
mérito.
Ante la insistencia y presión popular, Antonio saltó a la
arena dispuesto a dar un par de pases sin mancharse ni revolcarse, objetivo que
cumplió antes de ceder el capote al resto de Makokis presentes, que a pesar de
la invitación, no se animaron participar.
Ya por la tarde, tras una agradable comida y distendida
sobremesa, las féminas presentes tomaron un papel protagonista, con los paseos
a caballo, y actividades con gallinas y pavos. Pero eso era el calentamiento ya
que, tras una espectacular “caza” del cabrito, y con la apareción por la puerta
de chiqueros un ternero bien bravo, fueron numerosos los pases femeninos al
alimón que pudieron verse.
En definitiva, una gran jornada en compañía de muchos y muchas peñistas burgenses de todas la edades que los miembros del makoki queremos agradecer a Purita,
hija y colaboradores.
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