Como ya predijo Silverio-Nostradamus hace ya muchas décadas; una peña vendrá que
molestara a todo el mundo y casi sin darnos cuenta ya son nuestras decimoprimeras
fiestas luciendo el Rojo y el Negro y haciendo llegar nuestras idas de hoya a todos y
cada uno de los rincones de nuestra queridísima villa.
Seré breve ya que ni a mí me gusta dar discursos ni mucho menos a vosotros os gusta
escucharlos.
Mentiría si dijese que prefiero estar aquí soltando mierda que ahí abajo junto a
vosotros abucheando al pregonero de turno.
En primer lugar me gustaría dar la bienvenida a todos los nuevos Makokis y decir que
es para nosotros, la vieja escuela, una alegría ver como cada vez mas amigos son los
que pueblan la mesa rojinegra.
También quiero agradecer el esfuerzo y la dedicación a todos aquellos que aportando
desde un granito de arena hasta bolsillos llenos para hacer posible que estas fiestas se
conviertan en las mejores que hayamos vivido.
Desde los componentes de la charanga del infierno a nuestra cuadrilla de toreo de los
recaudadores a los compradores de los soldadores extremos a nuestro comité de
marketing… vamos, a todos menos al Gonzalo.
Makokis… así nos llaman, hemos llegado a ser peña y aun no sabemos explicar bien lo
que es ser un Makoki.
Hace poco, una observadora nos definió como una cuadrilla de botellón, que atrevida
es la ignorancia… Makoki es mucho mas que eso, es la locura que unió hace ya más de
una década a un grupo de jóvenes.
La locura que nos hace pedir vacaciones para encerrarnos en un garaje bajando la
cuesta, la que nos lleva a desfilar en calzoncillos por la calle mayor, la que nos hace
ahorrar durante todo el año para que luego haga el Soria la paella.
Aunque Makoki no es simplemente un sinónimo de locura también la tradición es
parte importante de de su difícil definición.
Tradición que nos levanta casa dia de la siesta y nos lleva a la 2000 sin pensarlo, que
nos hace cocinar una tortilla de patata cada 14 de Agosto, que nos hace huir de todo
huele-pedos que veamos.
Puterío, pero con cariño, es otra de nuestras cualidades mas reseñables. Puterío que te
hace ver clara la oportunidad de dar un palo a alguno de tus amigos tocándole las
pelotas.
Aunque sin duda lo que más define a nuestro atípico nombre es la Amistad
Amistad por la que aprendes a tocar un instrumento, a diseñar camisetas, construyes
carros, cocinas, compones himnos e incluso escribes pregones; un tipo de amistad de
esas que merecen la pena.
Sea como sea el Makoki es lo más grande que hay, poblado con personas anárquicas,
nobles, cumplidoras y sobre todo con saber estar. Sus colores rojo y negro son visibles
a cualquier hora del día y en los lugares y de las formas más insospechadas que uno
pueda imaginar. En definitiva.
Viva El Burgo de Osma!!!! Viva San Roque!!!! Viva el Makoki!!!
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