Día 18 de agosto, las Fiestas 2013 llegan a su fin pero antes de que este sueño de unas noches de verano cese hasta dentro de 359 días queda vivir un momento histórico para el Makoki. Uno más, después de estrenarnos como peña.
Se podría decir que todo empieza con menos de un mes de antelación a los Sanroques cuando surge entre algunos de los miembros del Makoki la idea de participar activamente en la becerrada toreando. Pero no, hay que remontarse a los tiempos en los que una vez fundado el Makoki por allá el 2003 algunos miembros se plantean la posibilidad de ser peña y especulan con la posibilidad de torear... Diferentes cuadrillas imaginarias se van sucediendo año tras año, al principio con la ilusión joven de hacerlo realidad, al final como algo que realmente se veía lejano... muy lejano. Por lo visto no tanto como pensábamos
Pocas horas antes de la becerrada de este 2013, todo eran especulaciones, unos nos decían que nos había tocado la vaquilla más grande, otros que no era gran cosa y la mayoría tratábamos de animar a los que se iban a jugar el tipo por el nombre de nuestra Peña, una peña novata que se había propuesto torear y que con la colaboración del resto de peñas y de la empresa de la Plaza, lo había logrado (no sin pelearlo mucho)
Allí les teníamos, vestidos de riguroso blanco con los pañuelos y fajines de la peña y la primera camiseta de la historia del Makoki enfundada (algo de justícia poética improvisada). Dos fundadores del Garito Makoki y dos de las personas que se apuntaron el último año que el Makoki fue garito... En definitiva, 4 fundadores de la Peña Makoki.
Sólo Jesús, Antonio, Guillermo y Héctor saben que se siente al hacer el paseíllo, en la larga espera hasta que salga esa última vaquilla de la tarde o en plena faena. Ellos fueron sin lugar a dudas los protagonistas de esa tarde para la historia. Pero si que podemos decir que desde la grada se vivió con mucho orgullo ese paseíllo en el que nuestros toreros nos saludaron y con mucha emoción el momento en el que salió ese becerro negro por el burladero dejándonos las gargantas para que nuestros ánimos se escucharan en toda la Plaza como cuando justo antes de que empezara la faena de los nuestros decidimos entonar nuestro himno ante la emoción en la mirada de nuestra cuadrilla... Sin lugar a dudas una página destacada en la historia de nuestra joven Peña, que esperamos volver a repetir.